viernes, 1 de mayo de 2009

ES EL DESTINO.


Desde el principio estamos irremediablemente condenados a perder. Al nacer, perdemos el amparo y abrigo del claustro materno. Según crecemos, perdemos la inocencia, cambiándola por unos valores mas adecuados a la sociedad en la que nos movemos. Perdemos la imaginacion y el poder de volar dentro de nuestros sueños, para agarrarnos firmemente al suelo de la dura realidad mediante firmes conocimientos y convicciones. Generalmente, perdemos el primer amor, el amor verdadero, y circunstancialmente, tambien el amor que creemos que es el verdadero. Perdemos años en relaciones insatisfactorias, condenadas a naufragar, en trabajos infructuosos, con los cuales nunca nos sentimos plenos y desarrollados...

Valoramos sobremanera tener alguien a nuestro lado, un apoyo incondicional, el faro que nos guia a puerto seguro en plena tormenta emocional. Es de agradecer saber que al final de la jornada hay alguien esperando para compartir una cena y una gran dosis de charla amigable, y a veces no tan amigable. Pero reconforta pensar en que, a la llegada al hogar, hay una mesa preparada y una luz encendida. Oler a comida recien preparada, ser recibida por dos pequeños brazos que se alargan hasta el infinito pidiendo ser recogido en brazos, y escuchar que alguien pregunta que tal ha ido el dia.

Por eso, es triste acercarse a casa y no ver luces encendidas, tener que preparar la mesa con un solo cubierto, hacer de tripas corazón y preparar algo que mate el hambre del cuerpo, por que el hambre del alma que provoca la soledad, dificilmente se calma. A falta de alguien con quien charlar, encendere la televisión, no por escucharla, pero si por tener la impresión de que hay alguien mas en casa, que no esta vacia, que no estoy sola.

Tengo que asumir su ausencia como una perdida mas de la vida, comprender que es el destino, que es una dura prueba, y que donde vaya va a estar bien, que no tengo por que preocuparme, que hay alguien que se va a ocupar de su seguridad y su bienestar. Pero eso no me consuela, el dolor es fuerte, y aunque se pase con el tiempo, ahora esta aqui. De todas formas, es su decisión, y como tal la acato y respeto. No obstante, como dijo cierto escritor, siempre habra una vela encendida en mi ventana por si su barco se perdiese en la niebla. Un beso muy fuerte con todo mi amor.

1 comentario:

  1. Hola Takhesis, creo que te visito por primera vez... muy a gusto.

    Te abrazo
    MentesSueltas

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